Los pensamientos y el rendimiento

La psicología deportiva, a través del modelo cognitivo conductual, ofrece un marco comprensivo para entender cómo los pensamientos y percepciones de un atleta sobre sus experiencias influyen directamente en sus emociones y, por ende, en su rendimiento.

Este enfoque sostiene que no son las situaciones en sí las que perturban a las personas, sino la interpretación mental que hacen de estas.

Interpretación de Situaciones y su Impacto

La manera en que un deportista interpreta una situación, ya sea de manera negativa o positiva, puede tener un impacto significativo en cómo se siente y actúa posteriormente. Por ejemplo, dos deportistas pueden enfrentarse a la misma situación adversa, como fallar un gol, pero reaccionar de manera muy diferente debido a sus pensamientos  y diálogos internos.

Delantero A: Encara el fallo con pensamientos negativos y autocrítica severa, lo que lleva a emociones intensas de enojo, frustración, ansiedad y desesperanza. Estas emociones negativas (disfuncionales) pueden resultar en una conducta de evitación, como dejar de intentarlo, o esconderse para no recibir la pelota, afectando negativamente su rendimiento.

Delantero B: Ve el mismo fallo como una oportunidad para mejorar, con un diálogo interno positivo y constructivo. Esta mentalidad lleva a emociones más moderadas y un enfoque proactivo hacia la mejora y el esfuerzo continuo, lo que posiblemente mejore su rendimiento.

El Modelo Cognitivo Conductual en la Práctica

El modelo cognitivo conductual describe la secuencia,  situación → pensamiento → emoción → conducta, pudiéndose  aplicar  al contexto deportivo para optimizar el rendimiento. La clave de este modelo es la comprensión de que los pensamientos iniciales sobre una situación pueden cambiar significativamente la respuesta emocional y conductual de un atleta.

La Importancia de los Pensamientos

El papel de los pensamientos positivos (realistas) es crucial en la psicología deportiva. Los atletas que mantienen una perspectiva positiva y constructiva tienden a ver los errores y fracasos no como definiciones de su capacidad, sino como oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Esta mentalidad no solo reduce la intensidad de las emociones negativas (disfuncionales), sino que también promueve una actitud resiliente y proactiva ante los desafíos.

Conclusión: Pensamiento y Rendimiento

El rendimiento de un deportista no se basa únicamente en su habilidad física o técnica, sino también en su capacidad para gestionar y dirigir sus pensamientos de manera productiva.

Aprender a moderar la interpretación de las situaciones y cultivar un diálogo interno positivo puede tener un impacto profundo en las emociones y, consecuentemente, en el rendimiento deportivo.

La psicología cognitivo conductual proporciona las herramientas necesarias para que los atletas ajusten sus pensamientos, mejoren sus emociones y alcancen sus máximas capacidades en el terreno de juego.

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